Voy a esbozar mi teoría de por qué los argentinos nos las sabemos todas. No voy a caer en la influencia de la historia ni en posturas economicistas materialistas. Ya barajaba la idea en el post anterior, y hoy lo vi todo en mi cabeza.
"Tengo mas ganas de nerlapo que novio nuevo. Ojaldre! Jamás me comería un travolta, ni mucho menos un pebete, no me cabe el bufarrismo". En estas dos oraciones está la explicación del origen de nuestra picardía. Como si en presencia de un represor panauditivo dialogáramos, así nos hacemos entender nosotros!
La picardía viene del lenguaje, como la melodía, pero su a priori no viene de la fonética. La diferencia acá está en que no es la estructura del lenguaje la que gesta esta maravillosa viveza que tenemos (obviamente hay mucho boludo a cuerda), es en el acento en la comunicación; el acento en la comunicación es el origen de la viveza criolla! ¿Qué quiero decir con esto? Esto: En Argentina sí que se inventan términos entendibles (leer post anterior) para otro pícaro, pero el invento linguístico está en el corrimiento, en el cambio de palabra, y no en el neologismo. Y el invento es medular para nuestra comunicación, un inventar y ocultar simultáneo, una díada entendimiento-distracción, como si frente a un tirano estuviésemos dialogando! El dinamismo de nuestro lenguaje oral. Yo al decir " nunca me comería un travesaño" me hago entender por cualquier pícaro, y es por una comunicación más allá de la palabra, una comunicación que se centra en la mueca, y mas aún, se centra en las ventanas nasales y el labio superior!
Sin ánimo de ofender a ninguna nacionalidad voy a decir lo que sigue: ¿No les llama la atención que en ciertos países de habla hispana se sigan usando los mismos insultos de siempre, o las mismas muletillas de toda la vida? Espero comentarios de corrección si me equivoco en esto. En España se sigue diciendo "gilipollas" como hace 50 años, o "tío" para dirigirse a alguien. En chile dicen "huevón" desde que San Martín cruzó los Andes o "pololo" (jajaj). Nosotros que somos unos fenómenos, en cambio, estamos menos atados al lenguaje y mas enfocados en la comunicación, en la improvisación del sentido según las circunstancias. Otra cosa que refuerza esto es la siguiente. El Español de España tiene una traducción oral distinta para cada letra, por lo menos en la s, la z y la c. Eso también demuestra prioridad del lenguaje frente al sentido, si me puedo hacer entender es lo mismo, pensamos interiormente acá. La última diferencia es la que se observa en la lectura, nosotros leeríamos la palabra "gammagrafía" de corrido y no gam-magrafía, vuelvo a insistir, por el acento en el entendimiento.
Resumiendo digo entonces que esta cotidianidad acentuada en el entendimiento-camuflado en las relaciones sociales, con la dinámica creativa oral que esto genera, va sediementando en nuestra inteligencia desde muy pebetes y hace que, en general, sin tomar en cuenta a la gilada, seamos muy cancheros y nos las sepamos todas. O por lo menos casi todas!
"Tengo mas ganas de nerlapo que novio nuevo. Ojaldre! Jamás me comería un travolta, ni mucho menos un pebete, no me cabe el bufarrismo". En estas dos oraciones está la explicación del origen de nuestra picardía. Como si en presencia de un represor panauditivo dialogáramos, así nos hacemos entender nosotros!
La picardía viene del lenguaje, como la melodía, pero su a priori no viene de la fonética. La diferencia acá está en que no es la estructura del lenguaje la que gesta esta maravillosa viveza que tenemos (obviamente hay mucho boludo a cuerda), es en el acento en la comunicación; el acento en la comunicación es el origen de la viveza criolla! ¿Qué quiero decir con esto? Esto: En Argentina sí que se inventan términos entendibles (leer post anterior) para otro pícaro, pero el invento linguístico está en el corrimiento, en el cambio de palabra, y no en el neologismo. Y el invento es medular para nuestra comunicación, un inventar y ocultar simultáneo, una díada entendimiento-distracción, como si frente a un tirano estuviésemos dialogando! El dinamismo de nuestro lenguaje oral. Yo al decir " nunca me comería un travesaño" me hago entender por cualquier pícaro, y es por una comunicación más allá de la palabra, una comunicación que se centra en la mueca, y mas aún, se centra en las ventanas nasales y el labio superior!
Sin ánimo de ofender a ninguna nacionalidad voy a decir lo que sigue: ¿No les llama la atención que en ciertos países de habla hispana se sigan usando los mismos insultos de siempre, o las mismas muletillas de toda la vida? Espero comentarios de corrección si me equivoco en esto. En España se sigue diciendo "gilipollas" como hace 50 años, o "tío" para dirigirse a alguien. En chile dicen "huevón" desde que San Martín cruzó los Andes o "pololo" (jajaj). Nosotros que somos unos fenómenos, en cambio, estamos menos atados al lenguaje y mas enfocados en la comunicación, en la improvisación del sentido según las circunstancias. Otra cosa que refuerza esto es la siguiente. El Español de España tiene una traducción oral distinta para cada letra, por lo menos en la s, la z y la c. Eso también demuestra prioridad del lenguaje frente al sentido, si me puedo hacer entender es lo mismo, pensamos interiormente acá. La última diferencia es la que se observa en la lectura, nosotros leeríamos la palabra "gammagrafía" de corrido y no gam-magrafía, vuelvo a insistir, por el acento en el entendimiento.
Resumiendo digo entonces que esta cotidianidad acentuada en el entendimiento-camuflado en las relaciones sociales, con la dinámica creativa oral que esto genera, va sediementando en nuestra inteligencia desde muy pebetes y hace que, en general, sin tomar en cuenta a la gilada, seamos muy cancheros y nos las sepamos todas. O por lo menos casi todas!
1 comentario:
Vos si que la manyás lunga, no como tanto otario que chamuya fantochada sin arrimar el bochín al asunto fundamental.
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