La historia de la filosofía es filosofía dice Hegel. No, digo yo. Y agrego en seguida que no lo es por si sola y sí lo es como posibilidad del pensar, a modo de segundo lenguaje. La filosofía es el pensar en su máximo esplendor, la comunión con el universo. El filósofo es el librepensador sin marco teórico ni corral conceptual, sin comunidad científica repetidora de las lógicas democráticas de aceptación de la verdad por mayorías tiránicas burocráticas! La filosofía es anarquía.
Hace un rato estaba leyendo sobre los "trastornos del estado de ánimo" (lo entrecomillo porque es muy llamativo), específicamente sobre el "trastorno depresivo mayor" (idem paréntesis anterior) y en un apartado vi un poro de permeabilidad. En un momento dado, el texto habla de la clínica de este "trastorno" (no pongo mas comillas) y al hablar de los síntomas psicóticos, dice que las alucinaciones son menos frecuentes que los delirios (Psicosis implica delirio y/o alucinación, el primero es en el plano del pensamiento y la segunda en el de la sensorialidad), y dice que son mas frecuentes las auditivas, y da unos ejemplos que ahora mismo paso a enumerar haciendo antes una aclaración. El libro es de origen Español, y así como hay idiomas, hay delirios auditivos en idiomas diversos. Algunos de los ejemplos que da son: "no vales nada", "mátate", etc. Filosofemos ya!
Una alucinación es, como dije anteriormente, una percepción que no tiene sustrato real externo (ni noción de irrealidad). Esta percepción puede ser de cualquier tipo (desde la percepción mas simple a la mas elaborada), es decir, visual (ver algo que nadie mas ve), auditiva (escuchar algo), táctil, olfativa, etc. La diferencia con la ilusión es que esta es una deformación de la realidad, la realidad existe como fundamento de la percepción. En la alucinación no hay nada, sólo la percepción irreal, sólo actividad psíquica. Qué interesante es esto, pues no lleva directamente al tema de la teoría del conocimiento. La teoría del conocimiento es la problematización sobre el fundamento último del conocer. En este caso hablamos de la realidad, y es interesante estar atentos y con la mente bien despierta. En una alucinación la realidad desaparece como fundamento de la percepción, eso desde el vamos. Pero hay varias barricadas realistas mas!
La alucinación nos prioriza de movida el plano psicológico, la realidad es realidad mientras exista la mente, y estos ejemplos que acabo de observar lo priorizan muchísimo mas. El tema acá sería el siguiente, si la alucinación es plausible de variar según el dialecto ( me temo que la alucinación auditiva es la puerta de entrada a un universo inagotable de conocimiento, y mucho mas que el resto de los sentidos, que serán motivo de otro post) parecería que lo material o real cede terreno frente a lo puramente psicológico. Pero seamos librepensadores y no caigamos en la fuerza de la costumbre porque aún queda latente el hiperrealismo de suponer que cada contenido perceptivo está determinado o por un balance de moléculas (el escuchar "mátate" implica digamos, 5 moléculas de dopamina, 3 de serotonina, 2 de noradrenalina, etc. Estoy suponiendo, se entinede? Y el de "matate" 3 de dopamina, 3 de serotonina, 2 de noradrenalina, etc) o por un flujo eléctrico cerebral ( que de algún modo se puede descartar, porque implica en última instancia una base electrolítica, es decir material). Lo explico, aunque no haya realidad tangible y solamente psiquismo, este último puede ser consecuencia de un determinado "balance ultra-complejo" de mediadores moleculares, una traducción, un mecanicismo total, un juego de moléculas que se traduce en un contenido mental concreto, en este caso, una mínima variación de esas moléculas, hace del imperativo un sonido Español o uno Argentino.
Qué se entrevé de todo esto. Primero que la realidad la hemos dejado de lado, con tanta historia y conocimiento erudito nos hemos olvidado de filosofar. Segundo, que a partir de un hecho psíquico como una alucinación auditiva en un idioma puntual o dialecto podemos repensar el fundamento último de la realidad como inaccesible al conocimiento, una especie menos pretenciosa que el phantasmata kantiano en el conocimiento, pero una empresa interesante de igual modo.
El tema que también aflora es el de la voluntad. Pongamos que estamos de acuerdo en que hay un balance complejísimo-determinado-exacto que es el fundamento de todo contenido mental. El tema de la voluntad queda al margen de este hiperrealismo, que serviría para explicar el movimiento muscular, la alucinación de "mátate", la percepción de colores, etc, pero nada puede decirnos acerca de la voluntad, de la voluntad de mover un brazo, por ejemplo. Y qué se presenta entonces, la ausencia de voluntad ante la psicosis y encarnándome en Blas Armando Giunta digo que la voluntad es el guardián de la humanidad y la esfumación de la voluntad, la posibilidad de la psicosis. La última trinchera del realismo, la de la tendencia por la costumbre a la agrupación o al movimiento determinado de ciertas moléculas. Qué quiero decir con esto? Que el lenguaje concreto aprendido y su sonoridad, facilitan cierta exocitosis de los balances moleculares que fundamentan tal o cual tipo de alucinación sonora. Y esto en el contexto de una determinada biografía personal genera el contenido de la falsa percepción. La realidad material iría "facilitando" ciertos balances que después se autonomizarían en la psicosis al desaparecer la voluntad con toda su imposibilidad cognoscitiva.
Esto es lo que se puede analizar, el último fundamento de la psiquis. O realidad concreta material, o voluntad. Como vemos hemos llegado a una aporía. Pero que el disco de pasta no tenga noción de su música no lo hace menos asombroso.
Hace un rato estaba leyendo sobre los "trastornos del estado de ánimo" (lo entrecomillo porque es muy llamativo), específicamente sobre el "trastorno depresivo mayor" (idem paréntesis anterior) y en un apartado vi un poro de permeabilidad. En un momento dado, el texto habla de la clínica de este "trastorno" (no pongo mas comillas) y al hablar de los síntomas psicóticos, dice que las alucinaciones son menos frecuentes que los delirios (Psicosis implica delirio y/o alucinación, el primero es en el plano del pensamiento y la segunda en el de la sensorialidad), y dice que son mas frecuentes las auditivas, y da unos ejemplos que ahora mismo paso a enumerar haciendo antes una aclaración. El libro es de origen Español, y así como hay idiomas, hay delirios auditivos en idiomas diversos. Algunos de los ejemplos que da son: "no vales nada", "mátate", etc. Filosofemos ya!
Una alucinación es, como dije anteriormente, una percepción que no tiene sustrato real externo (ni noción de irrealidad). Esta percepción puede ser de cualquier tipo (desde la percepción mas simple a la mas elaborada), es decir, visual (ver algo que nadie mas ve), auditiva (escuchar algo), táctil, olfativa, etc. La diferencia con la ilusión es que esta es una deformación de la realidad, la realidad existe como fundamento de la percepción. En la alucinación no hay nada, sólo la percepción irreal, sólo actividad psíquica. Qué interesante es esto, pues no lleva directamente al tema de la teoría del conocimiento. La teoría del conocimiento es la problematización sobre el fundamento último del conocer. En este caso hablamos de la realidad, y es interesante estar atentos y con la mente bien despierta. En una alucinación la realidad desaparece como fundamento de la percepción, eso desde el vamos. Pero hay varias barricadas realistas mas!
La alucinación nos prioriza de movida el plano psicológico, la realidad es realidad mientras exista la mente, y estos ejemplos que acabo de observar lo priorizan muchísimo mas. El tema acá sería el siguiente, si la alucinación es plausible de variar según el dialecto ( me temo que la alucinación auditiva es la puerta de entrada a un universo inagotable de conocimiento, y mucho mas que el resto de los sentidos, que serán motivo de otro post) parecería que lo material o real cede terreno frente a lo puramente psicológico. Pero seamos librepensadores y no caigamos en la fuerza de la costumbre porque aún queda latente el hiperrealismo de suponer que cada contenido perceptivo está determinado o por un balance de moléculas (el escuchar "mátate" implica digamos, 5 moléculas de dopamina, 3 de serotonina, 2 de noradrenalina, etc. Estoy suponiendo, se entinede? Y el de "matate" 3 de dopamina, 3 de serotonina, 2 de noradrenalina, etc) o por un flujo eléctrico cerebral ( que de algún modo se puede descartar, porque implica en última instancia una base electrolítica, es decir material). Lo explico, aunque no haya realidad tangible y solamente psiquismo, este último puede ser consecuencia de un determinado "balance ultra-complejo" de mediadores moleculares, una traducción, un mecanicismo total, un juego de moléculas que se traduce en un contenido mental concreto, en este caso, una mínima variación de esas moléculas, hace del imperativo un sonido Español o uno Argentino.
Qué se entrevé de todo esto. Primero que la realidad la hemos dejado de lado, con tanta historia y conocimiento erudito nos hemos olvidado de filosofar. Segundo, que a partir de un hecho psíquico como una alucinación auditiva en un idioma puntual o dialecto podemos repensar el fundamento último de la realidad como inaccesible al conocimiento, una especie menos pretenciosa que el phantasmata kantiano en el conocimiento, pero una empresa interesante de igual modo.
El tema que también aflora es el de la voluntad. Pongamos que estamos de acuerdo en que hay un balance complejísimo-determinado-exacto que es el fundamento de todo contenido mental. El tema de la voluntad queda al margen de este hiperrealismo, que serviría para explicar el movimiento muscular, la alucinación de "mátate", la percepción de colores, etc, pero nada puede decirnos acerca de la voluntad, de la voluntad de mover un brazo, por ejemplo. Y qué se presenta entonces, la ausencia de voluntad ante la psicosis y encarnándome en Blas Armando Giunta digo que la voluntad es el guardián de la humanidad y la esfumación de la voluntad, la posibilidad de la psicosis. La última trinchera del realismo, la de la tendencia por la costumbre a la agrupación o al movimiento determinado de ciertas moléculas. Qué quiero decir con esto? Que el lenguaje concreto aprendido y su sonoridad, facilitan cierta exocitosis de los balances moleculares que fundamentan tal o cual tipo de alucinación sonora. Y esto en el contexto de una determinada biografía personal genera el contenido de la falsa percepción. La realidad material iría "facilitando" ciertos balances que después se autonomizarían en la psicosis al desaparecer la voluntad con toda su imposibilidad cognoscitiva.
Esto es lo que se puede analizar, el último fundamento de la psiquis. O realidad concreta material, o voluntad. Como vemos hemos llegado a una aporía. Pero que el disco de pasta no tenga noción de su música no lo hace menos asombroso.
1 comentario:
me gustan los posteos cortos
feme
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