Creo que he visto otra punta del ovillo.
Sorpresa me llevé con esta avisoración, con la que bien podría renunciar a la crítica, puesto que era un valuarte que creía (hasta hace poco) como devenido de la más pura filosofia, en el verdadero sentido de su palabra, y ahora me veo atónito, como si un un religioso auténtico resucitara (pero mucho tiempo humano después, porque eso también me llama la atención) y al volver lo dijese perplejo que no hay tal Dios. Eso es lo que voy a hacer, decir que no hay tal Dios.
Ya saben (y si no ahí va) que la moral no es mi inquietud argumentativa, la moral la dejo para los periodistas y los progres. En filosofía no hay moral, y esto es crítica. Las argumentaciones morales me tienen sin cuidado, las dogmáticas tambien.
El Aborto.
Bandera mía, bandera de muchos, bandera del enemigo para gentes medievales, "Bandera" de Germinal, Bandera de Pedro, "Bandera de Antonio", Bandera...
Unos argumenan en su contra desde su dogma moral, otros en su favor, desde su dogma moral simbológico-reivindicativo. Mi visión actual es iconoclasta y a la vez constructiva, en pos de la conciencia crítica, como herramienta de construcción de sociedades no alienadas (en la acepción Hegeliana del concepto).
El Aborto es una mentira. Todas sus argumentaciones son una mentira, las a favor y las en contra, ¡las morales! El aborto debe ser visto desde el dogma de la "vanguardia", porque la varguardia por definición encarna las energías que serán realidad, y son justamente energías, procesos más allá de los individuos, hechos sociales en el puro sentido Durkheimiano, alienación futura, regímenes suprahumanos mucho peores que los bursátiles. ¿Qué dice la vanguardia?, ¿qué argumentos esgrime? (los religiosos los descarto porque son fundamentaciones idiotas) Los hay biológicos, los hay feministas, los hay "sociales" y de todos los colores, y dicen cosas por el estilo (los plasmo así para emparentar su divulgación, mediática-automática-dogmática-acrítica): "las mujeres tenemos derecho a deidir sobre nuestros cuerpos..."; "un embrión no es un ser humano..."; "la penalización del aborto solo favorece a las clases pudientes..."; "mueren muchas mujeres diariamente por abortar en pésimas condiciones sanitarias...", "el derecho a la vida sólo puede surgir a partir del deseo conciente de vivir...", bla, bla, bla, bla.
La punta del ovillo es el aborto, y lo medular es ¡la familia y la comodidad! Me interesa ver la argumentación de la izquierda puesto que es la que se impondrá (la de derecha no tiene ningún valor), tarde o temprano, y puesto que la defendemos como dogma, por pura simbología de izquierda, y esto de la familia y la comodidad nos es inconciente.
¿Por qué se aborta? ¿Porque alguien no quiere traer un hijo al mundo, en ese momento de su vida, o nunca, y como es dueño de su vida y su organismo decide abortar? ¿Porque no podrá darle la vida que se merece, ya sea por pocos recursos, o por falta de afecto o por carencia de lo que esta sociedad dice que debe dársele a un hijo en abundancia? ¿Porque la mujer es dueña de su cuerpo y los 9 meses de embarazo son un error de la evolución? Se aborta sencillamente por lo que significa tener un hijo, por lo que significa la familia, por la carga moral que trae consigo la paternidad biológica. Se aborta por lo anterior y el proyecto de vida truncado, por la presión social de ser padre de familia. No se aborta por ser de izquierda, feminista, embriólogo, jurista, anticlericalista o cualquier otra cuestión que atañe argumentos detrás; se aborta por el temor que genera ser padre y por la causa de este temor, la carga afectiva y social que tiene la familia, el concepto (y forma de vida "familia") social de familia y "paternidad responsable". La familia te cazará, tarde o temprano caerás a la familia amigo, es lo único que podrás hacer como proyecto de comunión y generosidad total en este orden social.
Yo tengo la solución para el tema del aborto ( y no hablo de la de la educación sexual para los jóvenes y los pobres, a ellos y sóloa ellos va dirigido este discurso, la normalidad de la sexualidad, la normalización del que debe ser normalizado, ni hablo de los anticonceptivos): abolir la familia, ¡que la izquierda vuelva a preconizar sus verdades no superadas! ¡El socialismo es una teorízación de la vida, no de la muerte, no de la comodidad!
Supongamos que por arte de magia a partir de mañana un embarazo durara lo que dura cagar, o mear, que no fuese "incómodo" para el ser-dueño-de-su-organismo gestar, ¿que pasaría? El aborto seguiría existiendo como debate social y como práctica para la vida planificada, y las argumentaciones morales irían por otros carriles (o al menos se quitaría la argumentación surrealista y moral de ser dueño del cuerpo de uno)
Si no existiese la carga moral que tiene consigo la familia, el hecho de "saber" que un hijo nuestro (y biológico) adoptado por otros (sus nuevos dueños) anda dando vueltas por el mundo ("¿me estará buscando el desgraciado?"), repito, si la familia no existiese y los hijos fuesen de todos y no hubiera propiedad privada de la prole, y estos fuesen criados por todos, unas semanas yo a estos pibes, y otras a aquellos otros, y así todo el mundo, no habría aborto. Y no lo digo en el sentido de que el mundo sería mejor sin la problemática del aborto (es una realidad que está planteada, y en las condiciones sociales actuales yo abortaría), lo digo (se lo digo a la izquierda), y esto es lo más llamativo e imperceptible, en el sentido de que el aborto es el refuerzo de la familia. El aborto sólo puede surgir como debate (y práctica) ahí donde la familia se da por natural, ahí en la tierra del proyecto en no-yo. El aborto surge desde el momento en que la familia ya no es cuestionable (¡hasta los homosexuales desean casarse!). El "gorda, ¿nos compramos el terrenito?" engendra al aborto, junto con toda la sarta de conceptos del tipo educación sexual, educación cívica, planificación familiar, y varias de las cosas que vengo hablando en otros post; poligamia conceptual que gesta el aborto como refuerzo de la conciencia social y como desplazamiento estratégico del punto de discusión, desplazamiento de la trinchera de combate, corrimiento al cual la izquierda, ya demente, no percibe y acepta sin más problematizar.
¡La izquierda no debe defender el aborto (en busca de votos y por ceguera neuronal), debe ir por más, por la abolición de la familia, del noviazgo y de todo tipo de propiedad privada!
Aclaración del segundo paréntesis: La simpleza y superficialidad de hablar de la vuelta del alma según un patrón terrenal, el resucitado y el reencarnado, el tiempo mundano como olvido del alma; una recuerda todo tal cual, puesto que es como si nada hubiese pasado, la otra "reminesce".
9 comentarios:
Esta discusión le vendría al pelo a un trosko, pero seguramente te diría que si, pero que la práctica aproximativa a la sociedad los obliga a bajar banderas y bajarle el contenido al discurso, hablando en términos mas palatables, mas digeribles. Coincido en gran parte de lo que decís, sobre todo en aquello de que nadie aborta por convicción y que cualquiera abandona la convicción (salvo cuando es un militante cristiano ferreo y dogmático, y aun así) al encontrarse con el riesgo de asumir la paternidad y el ingreso traumático al mundo de la familia. Además creo que existe una gran valorización individualsta (liberal) de la libertad individual, y que los que deciden abortar y eludir "la familia y la paternidad" lo hacen desde el entendimiento de que el hijo que se avecina atenta contra la libertad de acción (en el sentido individualista de la realización o el placer) y que entonces no merece ser. Porque en todo caso el nacimiento no es un don del naciente, si no una condena o una bendición para el padre o madre.
Bien tank, volviste a lo tuyo.
La última oración habla, de algún modo, de la familia como proyecto (que llega irremediablemente, palabras mías), deseado o indeseado. En ciertos momentos de la vida personal, estadísticamente serán más frecuentemente indeseados, en otros será una bendición, todo referido a lo personal. Está "sobrevaluada" la "libertad" (liberal) pero los hijos siguen naciendo y haciendo felices a sus padres, haciéndoles sentir el sentimiento más especial de toda su vida (matemático y calcado), destinando gran pate de sus energías a que el niño aprenda a leer a los 3 años, toque el piano a los 6 y lea a Borges a los 10. Pero en cuanto a lo social, ¿qué rol juega el aborto? ¿qué "jaulas de hierro" provoca? ¿qué oculta su debate, y por lo tanto, qué funcionalidad social favorece? Que la izquierda tome como una de sus banderas al aborto me parece (ahora) un contrasentido y una estupidez, un engaño social al cual se sumerge acríticamente. El tema del aborto me preocupa no en el sentido moral, sino en el argumental, y mucho más en el argumental desde la izquierda, que argumenta moral, social o científicamente, cayendo en la trampa, peleando lejos del castillo.
Y en el caso de los padres que ni pueden hacer que el niño lea a los tres porque ni tienen para que morfe se habla de que el aborto legal evitaría muertes y generaría menos pobreza. Por ahí va la argumentación de la izquierda, ahí nace. Pero las clases medias y altas abortan tanto o más. O sea que es una mentira, se aborta por otra cosa. El aborto es hijo de la Familia y del Hijo actual, pero la izquierda no se da cuenta que tene que ser parricida.
Hola Tanquete,
Muy acertado tu planteamiento, pienso que sobre todo en lo que reafirma Nanolefou en su comentario tan atinado acá arriba, en el sentido individualista de la realización y/o el placer.
Sin embargo, difiero contigo en otra cuestión que planteas del ovillo: la abolición de la familia, pero (creo-ojalá) que no lo digo desde el punto de vista de la moral derecha, sino desde la perspectiva que ve, aún en ese ovillo "amoral" otro tipo de moral.
Mira este parrafito de Deleuze:
"Pero ¿de qué serviría la ley moral si no santificase la reiteración, y sobre todo si no la hiciese posible?, concediéndonos un poder legislativo del que nos excluye la ley de la naturaleza? Sucede que el moralista presenta las categorías del Bien y del Mal bajo las siguientes especies: cada vez que tratamos de repetir la naturaleza, como seres de la naturaleza (repetición de un placer, de un pasado, de una pasión), nos lanzamos a una tentativa demoníaca, ya maldita, que no tiene más salida que la desesperación o el aburrimiento. El Bien, por el contrario, nos proporcionaría la posibilidad de la repetición, del éxito de la repetición, y de la espiritualidad de la repetición, porque dependería de una ley que ya no sería la de la naturaleza, sino la del deber, y a la que estaríamos sujetos a la vez que seríamos legisladores, como seres morales. Y lo que kant llama la más alta prueba, ¿qué es, sino una prueba del pensamiento que debe determinar lo que puede ser en justicia reproducido, es decir, lo que puede ser repetido sin contradicción bajo la forma de la ley moral? El hombre del deber inventó una "prueba" de la repetición, determinó lo que podía ser repetido desde el punto de vista del derecho. Estima, por tanto, que ha vencido tanto lo demoníaco como lo fastidioso. Y a tal eco de las preocupaciones de Dantos, tal respuesta a estas inquietudes, ¿no hay moralismo incluso en el sorprendente soporte-calcetines que Kant se confeccionó, en este aparato de repetición que sus biógrafos describen con tanta precisión, o en la fijeza de sus paseos cotidianos (en el sentido de la negligencia del aseo y la falta de ejercicio forman parte de las conductas cuya máxima no puede ser pensada sin contradicción como la ley universal, ni ser, por tanto, el objeto de una repetición de derecho)?
La ambigüedad de la conciencia radica en que no puede pensarse más que estableciendo la ley moral exterior, superior, indiferente a la ley de la naturaleza, pero no puede pensar la aplicación de la ley moral más que restaurando en sí misma la imagen y el modelo de la ley de la naturaleza. De tal modo que la ley moral, en vez de proporcionarnos una verdadera repetición, nos deja todavía en una generalidad. Esta vez, la generalidad ya no es de la naturaleza, sino la del hábito como segunda naturaleza. Es inútil invocar la existencia de hábitos inmorales, de malos hábitos; lo que es esencialmente moral, lo que tiene forma del bien, es la forma del hábito o, como decía Bergson, el hábito de tomar hábitos (el todo de la obligación)."
Ahora, tú dices "¡La izquierda no debe defender el aborto (en busca de votos y por ceguera neuronal), debe ir por más, por la abolición de la familia, del noviazgo y de todo tipo de propiedad privada!"..
Allí indicas el verbo "deber" y te pregunto yo: desear o sugerir instaurar ese hábito de abolir la familia, el noviazgo y todo tipo de propiedad privada ¿no vendrá también desde inquietudes argumentativas entrañablemente morales?
No me gusta debatir con todo el mundo, pero entre las pocas personas con quienes lo hago, disfruto hacerlo contigo,
Abrazos desde un lugar de la tierra.
P.
(más que parrafito, fragmento, no?
:-)
*Por otro lado, y ya desde mi punto de vista más personal e instintivo que "intelectual", no tengo la capacidad de optimismo para creer tanto en eso de "hijos de todos". Según mi humilde parecer, ya los seres humanos hemos demostrado que estamos llenos de todo menos de "amor por el otro" (y no hablo del querer-al-otro desde el egoísmo) sino de ese amor que va más allá por el que sentimos por nosotros mismos. Yo creo que si todos creciéramos sin ese vínculo afectivo biológico de los que nos dan a luz (madre-padre) el mundo sería peor de lo que es.
Besitos.
Que hacés pupila,
Yo tampoco creo que se de proximamente, que sea viavle una sociedad sin familia (y no lo quiero, jeje). Lo que digo es puramente analítico, en pocas palabras: Todas las "luchitas" sociales y LEGALES (legalización de la marihuana, legalización del aborto, legalización de la eutanasia, etc.), que son de tinte fundamentalmente progres (en el sentido despectivo) son instaladas desde el status quo. Cuando la izquierda las toma como banderas suyas me agarra la rabieta. Si digo que debe ir por la abolición de la familia, lo digo no como plan operativo, sino argumentativo, solamente para demostrar de quién es hijo el tema del aborto de qué modelo de sociedad viene (en esto sueno determinista, pero como si la sociedad que viene, esté preparándose (no generándose), puliéndose, aceitándose. La veo).
Lo de "debe" no "debe" (imperativo 100%) ser tomado en serio, salvo como argumento exclusivo para ridiculizar al crítico que lo defende.
No leí nada de Deleuze, salvo alguna que otro párrafo referido a Foucault, y esto que citás vos. No me queda claro esto último cuando introduce la palabra "generalidad", entiendo que pueda llegar a venir por el lado de oposición a la repetición, que debe ser justamente repetitiva, es decir, el bien se dice de aquello que puede ser repetido sin llevar al agotamiento, a la enfermedad o a su propio consumo. ¿Generalidad como actitud de la ley de la naturaleza (o sea del mal)?
Es interesante la cuaidad general de la repetición, y a simple vista (velozmente intuitiva) encaja muy bien en varias facetas fundamentales, en la ciencia y su necesedidad de reproducibilidad como garantía democrática de LA COMUNIDAD CIENTIFICA que determina qué es saber y qué creencia; el modelo fabril de producción; la previsibilidad de nuestras acciones (lo que creo dice Deleuze, el hábito de tomar hábitos que hace estúpido hablar de hábitos inmorales).
Entiendo Tanque, más que todo por desmitificar algunas (muchas) luchas de la izquierda es comprensible, te doy la razón.
Toda una cascabel que se muerde su propia campana. El fragmento viene del libro "Theatrum Philosophicum y Repetición y diferencia", un texto es de Foucault y otro de Deleuze, la verdad es que aún lo estoy masticando :-)
Besos.
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