¡LA VIDA es una mierda!

No habla el frustrado, tampoco el depresivo.
Ese fue el grito de Arquímedes, la verdadera intuición, ¡LA VIDA es una mierda! ¡Nos vamos a morir! El que intuya esto será casi espacio y tiempo, será casi simultaneidad, casi libertad.




jueves, 11 de junio de 2009

La mentira del Súper Pollo y las causas de su repercusión

La noticia era verdad, la mentira nacía antes de la noticia y la generaba. El engaño lo contaron el dueño del local y el disfrazado, pensando en que esto les podía dar publicidad (al dueño). Así fue.

Primero doy mis felicitaciones porque son unos capos. Segundo, vamos a ver qué hay detrás de esto.
El argumento es que un tipo que está disfrazado de pollo promocionando la pollería en la puerta de la cual está parado, persigue y atrapa a un ladrón que acababa de robar dicho local. Esto trasciende inicialmente en un medio local, luego en todos, y luego a nivel nacional. ¿Por qué? No hay muertos y el chorro queda como un gil, esto no aumenta la "sensación de inseguridad", al contrario, digamos que como operación mediática tiene cero funcionalidad. Hay, seguro, el sensacionalismo de un pollo que hace justicia (un botón en realidad), esto es importante en la difusión de la boludez humana. ¿Pero qué más hay? Yo creo que esta noticia (desde ya poco importa que sea fielmente verdadera) se despliega de esta manera porque tiene argumento del pasado (el pasado biográfico) y un núcleo presente-pasado-futuro (elementos del presente trastocados en un futuro anhelado como vuelta al pasado). El deseo que esto ocurriese se devela en la repercusión, es una noticia bienvenida, pero no por vigilantes, nunca tuvo ese tinte. En este caso no es el resultado feliz de una sociedad cobani, tiene que ver mucho más con el imaginario colectivo que con otra cosa. Por otra parte creo, la noticia rescata cierta fantasía del "ladrón de antes", aquel que sale corriendo, aquel que se aleja de la víctima, que solo quiere sus pertenencias y que lo hace sin tirar un tiro, sin "retener" ni un minuto a nadie, roba y sale corriendo como signo de moralidad. Encima es atrapado por un disfrazado de pollo, símbolo de justicia omnipresente (esta sí es vigilante). En esta nocticia están la vuelta al pasado personal con argumentos de cómic y el anhelo de algunos sectores de la sociedad (y la prensa) de que una temática presente sea modificada en el futuro por su versión antigua.
Igualmente en Bahía hace mucho que hay un súper héroe, ¿nunca lo vieron?

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