¡LA VIDA es una mierda!

No habla el frustrado, tampoco el depresivo.
Ese fue el grito de Arquímedes, la verdadera intuición, ¡LA VIDA es una mierda! ¡Nos vamos a morir! El que intuya esto será casi espacio y tiempo, será casi simultaneidad, casi libertad.




jueves, 21 de febrero de 2008

SIDA, medios y paraiso aséptico. Una ayuda para los futuros historiadores.

Apología de la paja, así deberían denominar los historiadores del año 2500 cuando escriban sobre nuestros tiempos, más que hablar de torres gemelas, caída del bloque soviético o fechas de guerras, tendrían que captar esta tendencia, lo que realmente nos configura en aspiraciones, frustraciones y satisfacciones. Ya no hay lugar para avergonzarse. Un cambio, un corte, un punto de análisis.
Esto a modo de introducción intuitiva, estilo de pensamiento y de escritura que cada día me convence más. Observemos lo siguiente:
1) Todo es sexo (o casi, pero en un sentido irreal). En los medios (televisión, gráficos, internet, etc), en los espacios de visibilidad de la ciudad (las mujeres, los metrosexuales tragaleches, los carteles publicitarios, etc). Entre mercancías inhumanas (televisores por ejemplo), afiches políticos, mercancías de diversos tipos (ropa por ejemplo), y las posibilidades de aparición de cuerpos o insinuaciones eróticas que se cuelan, durante un período de un año (para incluir períodos de no campaña política), la incitación sexual se lleva la porción más grande de la torta.
2) Mucha paja. El discurso de la sexología y el del saber común hablan de la masturbación en un sentido positivo. Hoy, salvo algún que otro cromagnon, gran parte de la sociedad fomenta la auto-frotación, y cómo todo los discursos de los sabios en esta sociedad (y los repetidores automáticos), hacen referencia a los beneficios que esta produce en la salud, pero de un modo muy abstracto, escondiendo lo que es, creo una de sus verdaderas causas, que pasaré a mencionar en el punto siguiente.
3) El SIDA. El virus que produce esta enfermedad, hace muchas más cosas además de enfermar, funciones que nunca se ponen en el tapete, como por ejemplo servir para fomentar prácticas y discursos del "bajo riesgo" y todas las transformaciones comportamentales que esto acarrea, ¡y subjetivas!
Muy bien, he aquí un entramado conceptual, una red de funcionalidades y significaciones. Trama que sustenta y cataliza la aparición de la "seguridad" en la relación sexual, hasta llevarla a la apología de la paja, el paraíso de la asepsia. Sin exacerbación de mediática y médica del SIDA no hay indulto a la masturbación. Pero..., ¿qué transformación, o mejor dicho, qué efectos subjetivos produce esta separación de los cuerpos, esta soledad o mediatización virtual del deseo y su consumación? No lo se, pero si que están relacionados y funcionan como engranajes; medios visuales incitantes, SIDA y masturbación son tres eslabones de la máquina sexualizanteasexualizante. Hipersexualización de la sociedad y obligación a la sexualidad pautada socialmente, codificación de los comportamientos; hipertrofia y banalización del sexo. En un mundo aparentemente polimórfico (rígidamente codificado aunque no lo parezca), la exacerbación de la sexualidad y el erotismo conducen a una descomplejización (aunque no lo parezca) del deseo y de sus formas de satisfacción. El regalo termina siendo menor que la promesa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Tanque (sin intereses homofílicos)... ya nos gustaría a nosotros que TODO fuera sexo. Y digo yo, no será la carencia lo que nos hace hablar constantemente del tema?
Un saludo cortés.

El tanque dijo...

Sr x: Yo lo digo desde el punto de vista de la banalización, desde la sociedad. El mandato social sexual. En una época no muy pasada no existía esta puesta en escena, y no porque hubiese más sexo, eran otras estrategias sociales. Ni mejores ni peores, otras. Uno cuando pebete también hablaba de sexo, pero dada la dificultad púber de nerlapo, la masturbación era un estigma, y en la escala de méritos, la paja era el escalón inicial, después venía una "tocada de culo", a mitad de la escalera una de tetas, casi llegando al piso una de pubis y al final, colocarla. Aclaración necesaria: una tocada de teta verdadera, o sea, de piel, está más arriba que una de pubis con ropa y de arrebato. Es una lista compleja. Pero en definitiva, ahí sí que el sexo faltaba! Pero fíjese que detalle, el rol de la dificultad y la fantasía que eso genera. Tocar una goma era conocer una "textura" desconocida. Mucho me temo que en estas épocas hablamos de sexo porque por todos lados vemos sexo, en definitiva estamos "obligados" a esta temática, obligados y estipulados. A mi todo lo que los progres y la ciencia defienden me genera sospechas.
Un seco y distante apretón de manos (jajaj).