¡LA VIDA es una mierda!

No habla el frustrado, tampoco el depresivo.
Ese fue el grito de Arquímedes, la verdadera intuición, ¡LA VIDA es una mierda! ¡Nos vamos a morir! El que intuya esto será casi espacio y tiempo, será casi simultaneidad, casi libertad.




lunes, 13 de abril de 2009

Feminismo ingenuo como democracia moderna

Leo esta boludez y no puedo evitar pensar automáticamente en la imposibilidad de su contraria, con lo que me decido a escribir esto.
Si no entraste al link te lo cuento rapidito, es una estupidez de una mujer que escribe sobre "temas fememeninos" en la página de yahoo (eso deduzco de su auto descripción, no me gasto en leer otra cosa de ella) que le pregunta a los lectores acerca de los prejuicios en el amor relatando un romance entre una mujer de 60 años y un pibe de 23 a propóstito de la relación real entre una mujer de 40 y un pibe de 15 en Mendoza.
¿Qué se huele? ¿Qué tiene escondido este platito?
Las mujeres eran "entregadas" (de muy jovencitas, no podían decidir) por su familia a algún preteniente (generalmente mayor) hasta no hace mucho tiempo. En este cuentito sigue estando esa idea, esa que dice que un pibe de 15 decide y una piba de 15 no. Un romance real entre un hombre de 40 y una mujer de 15 no daría pié a un relato similar (pero alvesre) al de esta mujer.
Un hombre de 60 pirulos no vivría esto como historia encantada, sencillamente sería un maestro por garcharse un pendeja de 23 y socialmente no cabría lugar para hacer una historia tan naif como esta. La mujer, aún con 60 años sigue necesitando su príncipe azul, que no es más que alguien que la haga bailar cuando ella está destinada a nunca poder bailar sola, necesita un gobernador. Esto es importante (en serio), lean el detalle, no solamente el texto. Intenten ver qué episteme foucaultiana hay detrás de leste cuentito social y de la mente de esta "escritora". Lean "las tres amigas volvieron a sus rutinas de nietos y cursos de pintura y jardinería" como cliché funcionando como contracara de lo que en realidad es lo mismo. Lean "estaban matándose de risa, tratando de no perderse con el paso de baile" como escena de atrevimiento y represión, como antesala del atreverse y el no-atreverse. Lean "las tres viudas" como metáfora de vagina con tela de arañas y anticipo de legalidad en el relato (¡No voy a ir contra el matrimonio! grita el inconsciente de la "escritora", ¡iré contra los prejuicios de la sociedad! cree la pobre ilusa). Lean "como una adolescente" en clave positiva, pues así está escrito. Y lean todo esto junto y lean el contrarrelato opuesto que no puede contar una historia de amor. ¿A qué huele? A contrafeminismo y a democracia moderna. Este relato de una "mujersinfronterapuntocom" habla de una historia de amor (historia de amor femenina, es decir formato narrable del tipo "nosotros nos conocimos") que en realidad esconde nudos generalísimos de desde donde pensamos y hacia donde nos hacen creer que hay que ir para ser libres. Y ya para rematar, habiendo visto como improbable un relato de un hombre de 60 (maduro y gobernador) en busca de una princesa azul, ya habiendo intuído la precocidad de la voluntad de un adolescente varón y el corderismo eterno de la mujer en este relato supuestamente vanguardista, yo, para terminar de oler este plato que nos pone muy frecuentemente esta sociedad en la mesa, en el menú, en vez de titularlo "Novio o hijo" lo llamaría "Amante o yerno" $20.

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