Últimamente estoy con un nuevo vicio, mentir en las encuestas por el solo hecho de demostrarme su falsedad y divertirme con respuestas absurdas. Sin ir más lejos, el otro día salió una en el diario Clarín (el que leo por internet) y participé. Es más, inauguré los comentarios con la intención de ser gracioso. Pero leyendo los posteriores me fui dando cuenta de algo importante. El planteo de la encuesta. El planteo, su posibilidad como encuesta y cómo los participantes se desviaban hacia una postura moral harto sospechosa.
Intentaré ser claro (cosa que me es dificultosa) y tomaré conceptos vertidos por los participantes para desentrañar lo que se oculta tras esto. En una relación de padre-hijo la asimetría de poder es constituyente. El planteo de abuso de poder es falaz, puesto que el poder se ejerce, y al hacerlo hay abuso. El quid está en analizar a partir de qué punto el inconciente colectivo (gestado siempre hitórica y socialmente) plantea el abuso y por qué. Decirle a un hijo "no podés hacer tal cosa porque te portaste mal" es ejercicio de poder, y demuestra la asimetría para muchos oculta. Pegarle una cachetada después de decirle de mil maneras que se porte bien es un acto ruin y cobarde, típico de un frustrado cagón (dicen algunos). Veamos los siguiente: Hubo un cambio, antes te fajaban y nadie se planteaba si estaba bien o mal, era moneda corriente y era la manera de educar (educar siempre es imponer, lo que sea, modales, acciones, etc, pero nadie viene al mundo con la sociedad incorporada al cerebro); nadie ni en ningún diario se hubiese planteado esto. Sigamos entonces, y continuando con la postura de detectar un cambio para intentar analizar, tratemos de ver a qué obedece esto.
Si pegar una cachetada, o una pellizcada, o lo que sea (en última instancia y lo más leve) es un acto repugnante y calificado de violencia estamos en la descomplejización de la violencia. La violencia en abstracto. Es lo mismo pegar una cachetada a un hijo que acaba de hacer algo malo (aún el padre haciéndolo convencido de que lo debe hacer por el bien de su pibe, y no como descarga de cobardía social), que una pelea de barrasbravas, al igual que una protesta de militantes de izquierda que termina en enfrentamientos y toscazos, que una foco guerrillero en la selva, o un navajazo para robar zapatillas, o lo que sea. ¡No es lo mismo señores! Y si el correctivo para educar es visto de esa manera, evidentemente estamos encerrados a esta estructura social de por vida, puesto que si ese acto es igual que los que dije, por el solo hecho de ser violencia física, no hay posibilidad de cambio alguno. El status-quo de los poderosos encontró su estrategia fundamental, le descomplejización de la violencia física. El Estado monopoliza la violencia física, la sociedad nos hace creer en que los mecanismos democráticos y su buen funcionamiento (como los paladines de la ciencia y su método fabricante de conocimiento) producen prosperidad, y los padres ya se repugnan ante tener que pegarle a un hijo.
La victoria del sistema se sustenta en esta no-determinación de la violencia. Esa es nuestra lucha, destruir estos conceptos y devolver la complejidad y la multidimensionalidad de la violencia física, el fundamento último de todo cambio.
Así que ya saben muchachos, ¡a fajar pebetes!
Intentaré ser claro (cosa que me es dificultosa) y tomaré conceptos vertidos por los participantes para desentrañar lo que se oculta tras esto. En una relación de padre-hijo la asimetría de poder es constituyente. El planteo de abuso de poder es falaz, puesto que el poder se ejerce, y al hacerlo hay abuso. El quid está en analizar a partir de qué punto el inconciente colectivo (gestado siempre hitórica y socialmente) plantea el abuso y por qué. Decirle a un hijo "no podés hacer tal cosa porque te portaste mal" es ejercicio de poder, y demuestra la asimetría para muchos oculta. Pegarle una cachetada después de decirle de mil maneras que se porte bien es un acto ruin y cobarde, típico de un frustrado cagón (dicen algunos). Veamos los siguiente: Hubo un cambio, antes te fajaban y nadie se planteaba si estaba bien o mal, era moneda corriente y era la manera de educar (educar siempre es imponer, lo que sea, modales, acciones, etc, pero nadie viene al mundo con la sociedad incorporada al cerebro); nadie ni en ningún diario se hubiese planteado esto. Sigamos entonces, y continuando con la postura de detectar un cambio para intentar analizar, tratemos de ver a qué obedece esto.
Si pegar una cachetada, o una pellizcada, o lo que sea (en última instancia y lo más leve) es un acto repugnante y calificado de violencia estamos en la descomplejización de la violencia. La violencia en abstracto. Es lo mismo pegar una cachetada a un hijo que acaba de hacer algo malo (aún el padre haciéndolo convencido de que lo debe hacer por el bien de su pibe, y no como descarga de cobardía social), que una pelea de barrasbravas, al igual que una protesta de militantes de izquierda que termina en enfrentamientos y toscazos, que una foco guerrillero en la selva, o un navajazo para robar zapatillas, o lo que sea. ¡No es lo mismo señores! Y si el correctivo para educar es visto de esa manera, evidentemente estamos encerrados a esta estructura social de por vida, puesto que si ese acto es igual que los que dije, por el solo hecho de ser violencia física, no hay posibilidad de cambio alguno. El status-quo de los poderosos encontró su estrategia fundamental, le descomplejización de la violencia física. El Estado monopoliza la violencia física, la sociedad nos hace creer en que los mecanismos democráticos y su buen funcionamiento (como los paladines de la ciencia y su método fabricante de conocimiento) producen prosperidad, y los padres ya se repugnan ante tener que pegarle a un hijo.
La victoria del sistema se sustenta en esta no-determinación de la violencia. Esa es nuestra lucha, destruir estos conceptos y devolver la complejidad y la multidimensionalidad de la violencia física, el fundamento último de todo cambio.
Así que ya saben muchachos, ¡a fajar pebetes!
4 comentarios:
Hola, te sigo desde clarin..jajaja
Te cuento mi experiencia. Tengo seis hijos, la mayor de 29 el mas chico 15. Imaginate que he tenido miles de oportunidades de confirmar mi método.
Cuando me casé tenia 17 años, plena dictadura. Estabamos convencidos con mi entonces marido, que ibamos a criar a nuestros hijos de otra manera. Y lo hicimos. Nunca les pegamos, nuca les gritamos y nunca los castigamos.
No sé como lo hicimos, realmente no hay una receta que pueda transmitir a otros. Pero sé que así lo hicimos. Y los chicos crecieron libres, siendo cada uno lo que mas le gusta, con los mismos bolonkis que todo el mundo, seguramente, pero felices. No son perfectos (gracias a Dios), ni pretendo que lo sean. Yo menos.
Al mismo tiempo en todos estos años fui testigo de las historias de vida de sus amigas y amigos... Sabés cuanta mentira? cuanta frustración? cuantas cosas atragantadas tienen esos chicos?
Mi casa siempre estuvo y esta llena de niños primero, adoslescentes despues. Hoy siguen viniendo a saludarme y a visitarme, se acuerdan de mi cumpleaños, me presentan a sus novios y novias, me invitan a sus casamientos...
Por que? simplemente porque en mi casa encontraban paz, libertad de expresión. Nada mas. Plata no habia, lujos menos; pero en la mesa siempre habían dos o tres platos mas cada dia.
Siempre los escuche, hablé con ellos, y les aconsejé fomentar el dialogo con sus padres; siempre me lo recuerdan y agradecen.
Por eso insisto, en que la violencia genera más violencia.
Educar no es imponer, ahi es donde le erras (para mi). Educar es transmitir y al mismo tiempo recibir. Un bebé te enseña, los chicos son mucho mas sabios que los adultos. Mi hijos mas chicos de 15 y 17 años, todos los dias me enseñan miles de cosas que ignoro. Y el respeto que yo siento y demuestro por las cosas que a ellos les gustan e interesan, hace que escuchen lo que yo les cuento y enseño de las mías. ES un ida y vuelta. Por eso funciona.
Lucas tiene 15 años, y mi gran preocupación es que se drogue. El me dice: "mami, si yo quiero estiro la mano y me la dan, pero no quiero, por ahora no me interesa."
Y yo le creo, porque no me esta jurando que nunca lo hará....tiene la libertad de decirme la verdad, y yo no me pongo como loca porque solo por ahora no le interesa... Es la realidad.
Bueno..no es moralismo lo mio, es mi experiencia. Mi vida no es un cuento rosa. Pero mi sistema "educativo", lo defiendo como un valor que supe construir para mi familia.
Hola Silvia.
Antes que nada, me dio un poquitín de vergüenza esto, en el sentido de que no soy padre, pero bueno, voy a aclararme.
Entre elegir si hay que "pegarle" o no pegarle jamás y resolver las cosas hablando en cuanto a la educación de los hijos, elijo esto último. Sin duda.
Mi comentario gira en torno al por qué de este cambio en nuestra concepción (de la sociedad en general), intento entender de dónde viene y a dónde va esta transformación. Lo primero que me llama la atención es ciertos comentarios de padres que se sienten "en falta" cuando les pegan (cuando hablo de pegarle no me refiero a una trompada), y el "aire de moralidad" que se entrevé en los padres que se proponen como ejemplo pedagógico (en general, vi eso en varios comentarios). Y me voy del tema de la crianza, no me interesa más. Por ahora.
Pero si hilo eso a otras manifestaciones de los medios y la gente, el saber del sentido común, creo que hay una visión uniformadora de todo gesto físico, catalogada bajo el término único de "violencia". Y psicológica y socialmente, esta palabrita nos suena feo. Señala con el dedo, cualquier cosa que le caiga el calificativo de violencia es desestimada. Sin embargo hay otro tipo de gestos (que forman parte de la educación además)verbales, que se estratifican en diversos conceptos. Algo así como una exageración de ambos lados. Lo físico es violencia, lo verbal es, dependiendo el caso, racismo, discriminación, insulto, burla, etc. Para mi, esto demuestra no una mayor humanidad de las sociedades, sino una sanción al gesto físico. Y creo no estar equivocado en esto, porque las cosas son más complejas que violencia y listo, por ejemplo, todo es violencia cuando es desde lo civil, pero si es del Estado es órden, represión (fijate, represión también suena muy feo, pero nadie dice "violencia por parte del Estrado"), ahí si se es exquisito en la variabilidad o múltiple determinación de un gesto.
Lo de pegarle a los chicos lo dije en joda, pero lo de la repugnancia ante algo que tampoco es tan tremendo (hablo de una cachetadita, no de un cross y un upper-cut)es sintomático. Esto como observación.
Después, el resto, una idea explicativa. Algo favorece esto, algo lo causa, algo perpetúa. La catalogación como violencia y todo lo que acarrea eso, más la insistencia en la democracia de mercado (mercado me refiero a el consumidor, digo, el votante, perdón. Decía, la idea de la democracia como elección individual de la oferta de candidatos) como única forma de superación de las adversidades sociales me suenan a una trampa.
La exageración de la percepción que tenemos de la cachetada nos indica algo.
Hola Tanque, por ahi tu percepción no es desde la crianza, o desde la de un padre.
Creo haber entendido tu postura al respecto, y la respeto.
Ahora, todo lo que describis, lo que percibis en la sociedad en general, te guste o no, tiene su primera raíz ahi, entre cuatro paredes, entre los padres y un hijo (por hablar del "modelo de familia" que hoy no existe en muchismos casos), pero bueno, es ahi donde empieza todo. Entonces, cuando decidas ser padre, vas a tener que plantearte como lo vas a criar. Y lo que vos hagas o no hagas, lo que vos digas o calles, se va a reflejar en ese chico...en la calle.
Estuve leyendo otros posteos tuyos; me parecen interesantes.
Por ejemplo siempre tuve esta discusion con maestros y padres: ese mito de que, en su momento los dibujos animados violentos y luego los video juegos generan no se que cosas en la cabeza de los chicos.
Totalmente en desacuerdo con eso.
Y tal vez diras, esta mina esta loca..pero en realidad, para mi, y fundamentalmente para los chicos, son juegos, nada mas.
Si un chico agarra un arma y entra a matar a sus compañeros de colegio...no es culpa del counter srtrike!!! Tiene otro rollo!! que lo tapan con el juego.
Yo nunca me opuse a las cosas que miran en la tele, en internet, a la musica que escuchan a los juegos que eligen jugar... Quiero que vean todo.
No creas que me resulto facil. Tuve que lidiar con las premoniciones fatalistas de todo mi entorno , augurándome que no iba a poder "manejar" a mis hijos cuando fueran adolescentes...y la verdad es que no me interesaba manejarlos. Quiero que se manejen solos. Que sepan en que se meten y por que lo hacen. Por ellos, no por mi ni por nadie. Y eso es mejor que lo aprendan desde el principio.
Saludos
Silvia:
Lo de la primera raíz para mi no es así, pero te voy a decir porqué no lo considero así.
Si todo tiene su primera raíz en la familia, si la sociedad entera estuviese determinada por la crianza, y esto trasladado al orden mundial, un simple sumatoria de crianzas dieran el sistema mundial, los momentos históricos desaparecerían. Plantear la total autonomía y el libre albedrío parental en la crianza es una ilusión. Los padres están influenciados, y es más, me atrevería a decir que son un gran punto de cooptación mental. Si lo pienso un poco más, creo que la franja o grupo etareo que va de veintipico a 40 años (por ser laxo)son el blanco de las medidas de control. Y los hijos hasta pueden llegar a cumplir ese rol en los padres, no lo sé.
Pero en estos momentos acabo de descubrir un grupo de música de pura casualidad, son de los 80, se llaman Violent Femmes, y es un sonido medio punk (suave), con escalitas de guitarra progresivas con mucha onda, y algo de pop, y la voz del cantante es bien tenor, bien inglesa. Proximamente lo subo al blog.
De todos modos, yo quiero resaltar nada más que la repugnancia y la mirada y clasificación uniforme de todo acto físico como violento e ilegal solamente sirve para impedir todo tipo de cambio social. Y eso se tiene que gestar desde lo más inofensivo, ¡el acto físico inicial debe ser catalogado como violencia para cortar de raíz la última esperanza de cambio!
Saludos!
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