¡LA VIDA es una mierda!

No habla el frustrado, tampoco el depresivo.
Ese fue el grito de Arquímedes, la verdadera intuición, ¡LA VIDA es una mierda! ¡Nos vamos a morir! El que intuya esto será casi espacio y tiempo, será casi simultaneidad, casi libertad.




jueves, 3 de abril de 2008

El jugador que ni siquiera actuaba de sincero

El fútbol de hoy es muy careta, pensó Juan Pablo Padovanoli mientras miraba un partido de tenis del gato Gaudio frente Youzhny. Estaba triste, su novia le acababa de confesar que lo había engañado con un actor de teatro y que ya no sentía nada más por él, se iba a vivir con el artista.
Jotapé, así le dicen, es uno de esos jugadores que pintan para crack, para sucesor de Maradona, y no es joda. Buena estatura, corpulento y ágil, veloz, excelente pegada y una gambeta impredecible, un 10 de la re concha de su madre. Debutó en primera a los 17 años en Vélez Sársfield, el club de su infancia en el barrio de su niñez. Tras romperla el año pasado fue recientemente comprado por River Plate, donde jugará esta temporada y promete ser la estrella del club y del fútbol argentino con tan solo 19 años.
River está en decadencia, hace 19 años que no gana un título y para colmo Boca lo tiene de hijo más que nunca. El equipo es una murga y este campeonato con la "nueva promesa" se juegan la vida la dirigencia y el cuerpo técnico comandado por el uruguayo Aguinaldo Franklin Paz, ídolo histórico de la institución.
El problema es que Padovanoli no sólo es un crack, es además un pibe que lo acaba de dejar la novia que más quiso, y nadie sabe que solamente juega al fútbol para "salvar" de la miseria a su madre y sus 11 hermanos...

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