La cuestión es la siguiente, hay toda una tradición religiosa y católica que se traslada posteriormente a la ley, psiquiatría mediante, que habla de las facultades mentales, la voluntad, el libre albedrio, el pecado sujeto a la voluntad, la culpabilidad, la imputabilidad y la inimputabilidad, etc.
El razonamiento es el siguiente, una persona que en su sano juicio decide fumar y se causa un EPOC avanzad0, que conduce a una insuficiencoa respiratoria y solamente puede sobrevivir con un transplante cardiopulmonar obtenido de una persona fallecida que voluntariamente decidió donar sus órganos, todos, el pulmón, los riñones, hígado, etc. Un transplantado que puede ontinuar viviendo, por definición (y fogoneado por los medios) habla de lo bueno que es donar órganos y salvar la vida de los demás, demostrando que está a favor de la donación de órganos. ¿Cuántos órganos no donó Sandro, que está de acuerdo con la donación, al recibir él un transplante y poder seguir viviendo hasta que los suyos ya no sirvan para donar? ¿Cuántos moriran a causa de no recibir el resto de órganos sanos de Sandro?
Estoy hablando de la responsabilidad que tiene cada uno en sus actos y en actuar de acuerdo a lo que se dice , y en esto incluyo muchas otras cosas (por ejemplo las leyes fascistas antitabaco). Está todo bien, ¿pero hay que hacer diferencia entre una persona que pierde un órgano por una enfermedad en la que su volintad no tiene nada que ver frente a otra que se lo daña a consecuencia de su accionar consiciente y, con la caracteristica de que además este posible receptor, en principio sería también un dador?