¡LA VIDA es una mierda!

No habla el frustrado, tampoco el depresivo.
Ese fue el grito de Arquímedes, la verdadera intuición, ¡LA VIDA es una mierda! ¡Nos vamos a morir! El que intuya esto será casi espacio y tiempo, será casi simultaneidad, casi libertad.




sábado, 3 de noviembre de 2007

Los indicadores y la lava cosificante

Llevo 2 semanas de insomnio con un promedio de 5 horas diarias de sueño. Algo estaba molestándome y yo sin darme cuenta qué recurría al misticismo y orientaladas. Los saumerios me han generado una rinitis descomunal, que ahora no me deja dormir! Pero no todo es marrón, y no hay mal que por bien no venga dice Macri, y es verdad!, al sacarme sistemáticamente los mocos, miré mi dedo hábil y me iluminé. Es el INDEC! Me cago en el INDEC (indec desde ahora) y la información que no me dejan dormir!
Hace varios años (32) que tengo el siguiente interrogante, ¿qué es el rating? o mejor dicho, ¿qué función cumple el rating? Desde el más profundo desconocimiento histórico televisivo digo lo que digo porque tengo huevos! El rating existe hace bocha de años ( pero bocha man) y siempre fue más o menos lo mismo, una medición estadística de los programas que más se ven (en capital, y probablemente en algún otro lado, no me importa ser riguroso en esto, ni en nada). Pero metámonos un poquitito en sintonía con Nietzsche, y seamos poseedores de una verdad: No hay esencia en las cosas, ni finalidad. La verdad, o mejor dicho, el sentido de las cosas tiene que ver con las fuerzas (su relación) que se apoderan de esa realidad en un momento dado. O sea que el rating no es lo que se dice que es, o al menos no sólo eso. Hay algo más... (música de Hitchcock)
Antiguamente, en la época de Mirtha Lagrande el rating era un conocimiento privado, conocido por los directores de programación de los canales, y se utilizaba para generar estrategias de apropiación de televidentes, también probablemente para saber en qué horario cobrar más caras las publicidades. En la actualidad, y desde hace un tiempo, el rating es de conocimiento público. El piononero lo lee diariamente (Lucho Avilés), se publica en los diarios, y lo leen en las radios, o te lo comenta algún idiota. Ha habido un corrimiento de la atención desde la realidad a los indicadores. Todo empieza y termina en el rating. Cualquier bosta que salga al aire tendrá que tener un aceptable rating, si lo logra, seguirá, sino, no. Y el televidente terminará viendo la bola de mierda, no por el placer que le produzca, sino por imposición solapada, primero, y por costumbre después. El rating dejó de ser de conocimiento privado de los canales para ser de conocimiento público. El rating dejó de servir como información para planear estrategias de contenidos para pasar a ser el contenido mismo, la realidad misma. El indec dejó de ser información para la planificación para pasar a ser información para la reproducción del status quo. El indec cada vez hace más públicas los datos de sus mediciones. Y he aquí un cambio en la relación de fuerzas que se están apoderando de la realidad. La realidad se corre y cede su lugar a los indicadores, ya no importa la percepción personal de los precios (tema de moda en el indec), importa lo que diga el indicador. El fenómeno mediático se calca en la sociedad, avanza lentamente como lava de un volcán sobre la realidad e impregna todas las esferas de nuestras cosificadas vidas!

http://www.clarin.com/diario/2007/10/28/elpais/p-03601.htm

2 comentarios:

Novia de América dijo...

yo no puedo creer que nadie haya dicho nada de esto. Digo, de este post.

En una época trabajé muy cerquita de esto que estás contando, porque estaba en una "productora" de TV. Lamentablemente, es así. El rating condiciona y determina. Pero quién es ese señor a quien todos alaban. ¿Existe realmente? ¿Tan santa es su palabra?

El tanque dijo...

No existe, pero desde el momento en que se insiste en ellos pasa a ser real, real en el sentido de realización, de presencia, de influencia y determinación, es decir, real! El hecho de haya existido ese sutil cambio del uso de estos indicadores, el paso del conocimiento por conocedores del tema (digamos programadores de televisión, científicos sociales, para tener información, materia sobre la cual actuar para modificar y mejorar) al conocimiento general es todo un símbolo de nuestras vidas. Que el indec haya decidido cambiar los parámetros sobre los cuales se calcula la inflación me da risa (y bronca), pero no por la gilada esa gorila antikirchnerista, sino por la vida estúpida a la cual nos embarcamos día a día. Que un indicador diga lo que pasa y eso sea lo que pasa es para pegarse un tiro, qué carajo me importa lo que diga el indec acerca de la inflación, qué carajo me importa el número, si la realidad está ahí afuera, qué carajo me importa si la desocupación es de uno o dos dígitos ( esa estupidez de si es de 10,1% o 9,6% por ej.) si la miseria está ahí!
Feliz año Noviaza de américa! Ya te voy a adelantar algo sobre el proyecto parrichango que estoy elaborando, y sé que rebeldes como vos se van a sumar!