¡LA VIDA es una mierda!

No habla el frustrado, tampoco el depresivo.
Ese fue el grito de Arquímedes, la verdadera intuición, ¡LA VIDA es una mierda! ¡Nos vamos a morir! El que intuya esto será casi espacio y tiempo, será casi simultaneidad, casi libertad.




sábado, 29 de marzo de 2008

Hubiesen, hubiesen, hubiesen. Corriéndole el velo al asunto "del campo"

Sólo necesito una temática, sólo necesito que haya enbanderamientos, sólo necesito fluir. ¡Dame una pluma y te develo lo oculto!

¿Por qué tanta enfervorización con el conflicto denominado por la prensa "gobierno vs. campo"? ¿Por qué la participación de gente que nunca le importó el conflicto de otros? ¿A quién me refiero? A la gente que no vive del campo y se sumó a esta discusión, ya sea, mediante actos altamente revolucionarios como mandar mensajes de texto por celular apoyando "al campo", o yendo a una plaza a cacerolear, o discutiendo sobre la temática a favor "del campo" o poniéndose en contra como típico iluminado de izquierda (típico gil dogmatizado). ¿Qué tienen en común ellos, ajenos en intereses inmediatos a este conflicto, los que están a favor y los que están en contra? Veamos esto con la siguiente suposición intuitivógena.

Supongamos el siguiete estado de la situación: Néstor se presentaba a elecciones (no Cristina), ganaba, por ende era reelegido, y todo se daba igual. O sea, la política de retenciones seguía igual y pasaba lo que pasó, los intereses económicos chocan y surge el paro y el piquete. Atención, atención, riesgo de intuición...¿Hubiese pasado lo mismo con respecto a esta gente apasionada con el conflicto que mencioné al final del párrafo anterior? ¿Hubiesen salido a cacerolear? ¿Hubiesen dicho enfáticamente que esta medida es concentradora de la riqueza? ¿Hubiesen, hubiesen, hubieran? ¡No! Nada de este conflicto simbólico hubiera sucedido. No hubiesa pasado jamás, con Néstor como presidente, a los celulares, a las mesas ni a las discusiones de café.
El tema es Cristina y lo que ella remueve, lo que ella despierta en ciertas gentes.
Cristina es cheta, es linda, tiene "glamour", es inteligente, es valiente... Jode. Y paradójicamente, y esto no es desestimable, le jode más a las chetas y los chetos que a nosotros. Cristina despierta y destapa lo que nunca dejó de estar ausente en nuestra sociedad, el antiperonismo.
Que le vachaché, es así. Argentina se divide en Peronismo y antiperonismo (chetos, fachos, izquierda boba, etc), clases populares estigmatizadas que no convierten su estigma en bandera, y sujetos a los cuales les repugnan los anteriores, su visibilidad (sus joggins, sus tapers con sandwich, sus panzas, etc) y no pueden entender cómo una mina de este tipo esté de su lado (no soy ingenuo, discursivamente de su lado al menos). (un amigo una vez me dijo que nada le parecía tan fulero como aquellos que comen en la playa. Yo le dije que lo que le parecía fulero era ver una familia, con una mamá gorda y los críos comiendo, y no el hecho de que coman en sí. Su antiperonismo inconsciente. Una mina hermosa, modelito, comiendo un sandwich, parada, no sentada, no le causaría tal sensación).
Hipótesis (y así concluye mi énsayo científico, con la hipótesis, ¡como debe ser!): Cristina despierta el racismo latente de nuestros chetos, fachos e intelectuales de izquierda. Ella es el catalizador de este enfrentamineto supuestamente olvidado, no se trata de lucha de clases ni nada de eso, se trata de cristina y su efecto enzimático.

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